A un paso del 2020 es responsabilidad compartida crear y desarrollar talento 4.0. Promover la alfabetización digital a través del diseño de programas de habilidades y competencias basadas en la demanda de un mercado laboral que cada vez tiene menos de mañana y mucho más de hoy.
Fuente: diario.elmercurio.com
Hemos entrado de lleno a la era de la informatización y digitalización de procesos en las empresas. Un concepto que, si bien se viene hablando desde hace un tiempo, hoy cobra total sentido ad portas del 2020. El cambio está en marcha y debemos adaptarnos a él.
La nueva era del mercado laboral -donde las mayores posibilidades de alcanzar el éxito estarán del lado de las empresas denominadas como 4.0- no solo tienen el desafío de la adaptación, sino también el del cómo afrontar el cambio de paradigma que esto implica en relación al recurso humano. El reclutamiento, perfil, habilidades y capacitación de este ya no será igual a como lo conocemos.
En la industria minera, por ejemplo, se han dado claras señales de esto. Una industria que hoy batalla por lograr márgenes de utilidad entre el encarecimiento de insumos como la energía y el bajo precio de los metales, requiere de un alto nivel de tecnificación para conseguir la máxima eficiencia. Los trabajadores mineros ya no aprenden a utilizar la pica, sino que se les capacita en temas de robótica para manejar las máquinas que trabajan en regímenes 24x7.
Cuarta revolución industrial
Por otra parte, podríamos pensar que la desaceleración a nivel mundial y el bajo índice de crecimiento en nuestro país podría amenazar la incorporación de las empresas a esta Cuarta Revolución Industrial -como ha sido denominada por los expertos-, pero lo cierto es que, al igual que en cualquier otro ámbito, la crisis es siempre sinónimo de oportunidad.
Hoy, más que nunca, se hace necesario preparar a los profesionales para ambas caras de la moneda: en abundancia, trabajadores que sepan explotar recursos y producir; en contracción, la especialización en mantenimiento y eficiencia cobra mucho sentido.
La segunda parte del desafío, y por cierto no la más sencilla, es la atracción y retención del talento. Hacia el 2020, las empresas están comprendiendo que la utilización de los modelos clásicos de reclutamiento y desarrollo organizacional no están acorde al perfil de los profesionales del mañana. Necesitamos conocerlos tanto como a nuestros clientes: saber cuáles son sus motivaciones, sus aspiraciones, sus sueños. Solo de esta manera podremos ofrecerles los incentivos necesarios para captarlos y ganarnos su fidelidad.
En este sentido, se debe destacar que algunas empresas ya han comenzado a enfocarse fuertemente en los jóvenes, desarrollando programas de graduados y pre-graduados con gran inversión, con el fin de atraerlos y, a la vez, aprender de ellos. Compañías que van a la vanguardia de esta tendencia entregan también a sus empleados programas de capacitación enfocados en dotarles de herramientas que los conviertan en trabajadores multifuncionales, capaces de desenvolverse y aportar valor en distintos ámbitos.
En síntesis, a un paso del 2020 es responsabilidad compartida -gobierno, instituciones educativas y empresas- crear y desarrollar talento 4.0. Promover la alfabetización digital a través del diseño de programas de habilidades y competencias basadas en la demanda de un mercado laboral que cada vez tiene menos de mañana y mucho más de hoy.
Tal como lo establece la consigna, el llamado es a adaptarse... o perder posición en el mercado.