No es raro escuchar quejas sobre la Generación Millennial. Veteranos ejecutivos se frustran después de seleccionarlos y capacitarlos para pronto verlos partir, a otra empresa o al sudeste asiático.
Fuente: diario.elmercurio.com
No es raro escuchar quejas sobre la Generación Millennial. Veteranos ejecutivos se frustran después de seleccionarlos y capacitarlos para pronto verlos partir, a otra empresa o al sudeste asiático. Les resulta chocante que, incluso, antes de empezar un trabajo, exijan más tiempo libre o incluso un sabático. Parecen no querer comprometerse.
Efectivamente, son más escépticos de la autoridad y se sienten menos obligados con deberes cívicos, como votar. Sin embargo, esta generación también es la más comprometida con causas sociales. Son más generosos y su nivel de voluntariado casi duplica al de sus padres.
La clave está en el "propósito" (o la falta del mismo). Si las empresas quieren aprovechar la energía de la generación mejor educada de la historia deben ofrecer también un sentido. Un aporte verdaderamente trascendente para la sociedad.