Ha llegado la hora de cerrar brechas con la regulación internacional, avalados en la reacción de rechazo general e intolerancia de la comunidad de negocios y la ciudadanía frente a casos aislados de EEFF erróneos.
Fuente: pulso.cl
Son varias las funciones y personas en una compañía que se involucran en el proceso de emisión de un estado financiero de uso público (EEFF): el área de contabilidad que los compila y prepara; la gerencia de administración y finanzas, que supervisa que el proceso funcione en forma efectiva y continua; el gerente general, quien es el responsable máximo de la administración en su aprobación; el auditor interno o contraloría (quien depende del directorio), que tiene entre sus objetivos en esta área asegurar -desde fuera de la línea- que los procesos de control interno asociados a la emisión de los EEFF estén operando como fueron diseñados, que se cumplen las políticas contables establecidas por el directorio y que las estimaciones contables críticas sean razonables. Finalmente, el comité de directores y/o directorio que supervisan esta emisión y junto al gerente general asumen la responsabilidad por su contenido, al suscribir bajo firma los EEFF que se envían al regulador de la industria en que opera la compañía.
Adicionalmente, como control externo -y no como parte de los controles internos- aparece el rol del auditor externo, que basado en la auditoría que realiza reporta al directorio, así como a la junta de accionistas que lo designó, si los EEFF de la compañía presentan razonablemente su situación financiera, resultados y flujos, de acuerdo con los principios contables IFRS vigentes en nuestro país.
Como comentábamos en una columna anterior, excepcionalmente esta cadena interna y externa del reporte financiero pudiera no ser capaz de detectar un problema, sobre todo en casos que exista intencionalidad y actuación impropia de ejecutivos que "vistan" o encubran un fraude contable, saltándose los controles dada su investidura y posición.
En Estados Unidos, que representa el mercado de capitales más grande y avanzado del mundo, existen dos medidas que fortalecen y mejoran la calidad del proceso de emisión de los EEFF y que de adoptarlas nos permitirían avanzar significativamente en esta materia pendiente en nuestro país: (1) emisión de informes separados tanto de la administración como de los auditores externos, sobre el control interno asociado a la emisión de los EEFF; son de uso público y se incorporan en la memoria anual. Este requerimiento fue establecido por la Ley Sarbanes Oxley a contar del año 2002, después del caso Enron y su aplicación permitió disminuir en 44% las reemisiones de EEFF causadas por errores, fraudes y hechos irregulares, en relación a los años anteriores a su implementación; y (2) informe de los auditores sobre revisiones trimestrales de los EEFF (en Chile es sólo requerido al 30 de junio), lo que permite disponer a los inversionistas de información más confiable, consistente y actualizada para tomar sus decisiones en un mundo real time on line.
Pareciera que en nuestro país ha llegado la hora de cerrar estas brechas con la regulación internacional. Lo avala la reacción de rechazo generalizado e intolerancia de la comunidad de negocios y la ciudadanía, frente a casos aislados de EEFF erróneos que podrían reflejar eventuales negligencias o conductas impropias, lo que habla bien de los valores y cultura prevalecientes en Chile en estas materias.
*El autor es presidente Asociación Auditores Externos A.G.