La norma se podrá pactar en empresas que tengan una afiliación sindical igual o mayor al 30% de trabajadores.
María Jesús Coloma F.
La semana pasada, el director del Trabajo, Christian Melis, informó en distintos medios sobre uno de los puntos que tendrá la reforma laboral que comienza a regir el 1 de abril próximo. Con la nueva ley se podrá acordar entre empleadores y sindicatos distribuir las 45 horas de jornada laboral en cuatro días, dejando tres para descanso.
Las empresas podrán extender la cantidad de horas trabajadas diarias a un máximo de 12 horas en tres días y nueve horas el cuarto día, o trabajar 11 horas y cuarto por cuatro días. Así se genera un día libre adicional.
Sin embargo, esto no es aplicable para todas las empresas, sino solo para aquellas que tengan una afiliación sindical igual o superior al 30% de trabajadores. Tendrán la posibilidad de acordar con sus empleadores los cambios de manera directa, y de efectuarse, tiene una duración máxima de tres años.
Desde los gremios señalan que las medidas son poco factibles. La Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) explica que la norma solo podrá ser pactada por una minoría de las empresas del país. "Hay que considerar que a nivel nacional, la sindicalización total promedio alcanzó, en el año 2015, al 15,4%". Por otro lado, más allá de las buenas intenciones que la reforma tiene, que podría ser útil para los que hoy en día no pueden adaptar sus necesidades y disponibilidad de tiempo, "termina convirtiéndose en una forma de administración arbitraria, que excluye de la norma a quienes no están y/o no desean integrarse a un sindicato".
Además, agregan que con esto hay temor por una eventual judicialización de la reforma laboral, "debido a las contradicciones de la ley con el fallo del Tribunal Constitucional en materia de titularidad sindical, a lo que se suman los vacíos de la ley en materia de procedimiento de negociación colectiva de los grupos negociadores".
Industria: "Medida no tendrá fuerte impacto"
Desde la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) explican que siempre han estado a favor de que las empresas y trabajadores puedan acordar condiciones y beneficios que a ambas partes les convengan. Sin embargo, explican que esta vez la reforma avanzó en línea contraria, de manera que pone relaciones más rígidas y limita los espacios de diálogo.
"Dado que la reforma laboral permitió convenir una distribución de la jornada ordinaria semanal en cuatro días solo a través de pactos sobre condiciones especiales de trabajo -es decir, cuya empresa tenga una afiliación sindical igual o superior al 30% de los trabajadores-, creemos que la medida no tendrá un fuerte impacto", explican.
Agregan que una vez establecidos estos pactos, "facultan ampliamente al director de Trabajo para dejar sin efecto aquellos pactos que estimare incumplen con los requisitos legales o normativos de higiene y seguridad, lo que favorece la incerteza respecto a sus efectos".
Minería: "Este tipo de jornadas es común en faenas"
Desde la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) señalan que "este tipo de jornadas es común en faenas mineras", sin embargo la aplicación dependerá del interés que tenga para los sindicatos asociados y el costo que estos impongan para pactarlos, como bonos u otra forma de compensación. Además, queda sujeto a muchas limitaciones. "Las empresas deben analizar bien el costo-beneficio de este sistema, así como su compatibilidad con la distribución y organización del trabajo en el respectivo establecimiento", explican desde la Sonami.
Agro: "Sería imposible implementar este sistema"
El secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Pablo Matte, señala que el cambio de régimen de trabajo semanal de cinco a cuatro días no es viable en el mundo agrícola. "En la agricultura hay ciertos períodos de mayor intensidad de las tareas, por lo que sería imposible implementar este sistema". También explica que es un sector donde la flexibilidad laboral es imprescindible, ya que hay ciertos ciclos productivos en el campo que exigen más horas o incluso más días de la semana que lo normal.
Comercio: "Si queremos ser un país más productivo, la solución no va por esta vía"
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes, señala que esto se aplica exclusivamente para trabajadores que pertenecen a un sindicato y que pueden negociar con sus empleadores. "Es acotado", afirma. Además, explica que es difícil creer que las personas van a producir más aumentando las jornadas laborales a 12 horas en tres días y 9 el cuarto. "Eso no es productividad. Hay que considerar que las personas tenemos capacidades limitadas de concentración. Al haber menos descanso, surgen riesgos de enfermedades asociadas, como también de accidentes en el trabajo, incluso fatales. Si lo que queremos es ser un país más productivo, creemos que la solución no va por esta vía", sostiene Mewes.