A nivel político, RN y la oposición comenzaron a explorar fórmulas. Ante esta posibilidad, los tributaristas apuntan que el impuesto gravaría a las riquezas sobre US$1 millón, con un universo en torno a 23 mil personas.
No se trata de una propuesta nueva ni tampoco de algo que en el mundo sea desconocido.
La discusión sobre el impuesto al patrimonio viene desde 2013, cuando el economista francés Thomas Piketty publicó el libro "El capital del siglo XXI", pero hoy dado los recientes acontecimientos en Chile vuelve a estar sobre la mesa como uno de los caminos de solución a la desigualdad en la distribución del ingreso.
Pero ¿sería posible de implementar en el país?
Los acercamientos políticos ya existen entre la oposición y Renovación Nacional y por ello comenzó el análisis entre los expertos. En ese sentido, los tributaristas advierten las dificultades que un diseño así podría tener.
Lo primero, afirma Juan Pablo Cabello, de Cabello Abogados, es definir cuál sería el universo a gravar. Explica que, al tratarse de riqueza, "es necesario atender que serían las personas con un patrimonio superior a US$1 millón" y agrega que según un estudio reciente del Boston Consulting Group "el número de chilenos sería de aproximadamente 23.842 personas, que representan el 0,18% de los chilenos mayores de edad" al que debiera enfocarse un impuesto de este tipo.
En términos de recaudación, en tanto, si se considera una riqueza en torno a US$1 millón, "su patrimonio total rondaría los US$190 mil millones. Si se hace el ejercicio de aplicar el 1% de impuesto, la recaudación sería de US$1.900 millones", afirma Cabello.
¿Cuáles son las dificultades? Álvaro Pérez, de Recabarren y Asociados, plantea que se debería analizar qué gravar, puesto que, si bien "puede implicar una recaudación adicional, también puede significar salida de capitales desde Chile".
Además, advierte que se debería evaluar "cuál sería la base imponible de este impuesto y cómo se valorarán los activos y pasivos. Así, por ejemplo, cómo se valorarán los activos ilíquidos (por ejemplo, inmuebles, inversiones en sociedades, obras de arte, etc.), qué pasa con las fluctuaciones de la riqueza, la edad de los contribuyentes y posibilidad de generación de flujos para el pago". Esto, afirma, sin contar con que se podría gravar "activos o capitales que ya cumplieron con su tributación".
Acerca de la pertinencia de la medida, tampoco hay consenso. Claudio Bustos de Bustos Tax&Legal "sería una pésima medida, pues nuestra legislación ya contempla varios otros impuestos patrimoniales", mencionando las patentes municipales, las contribuciones sobre bienes raíces y el impuesto a la herencia.
Por su parte, el exdirector del SII Michel Jorratt señala que efectivamente la medida podría ser evaluada, dado que existen herramientas de intercambio de información tributaria, pero que "se deben evaluar dentro de un análisis más completo para un sistema tributario más progresivo que aborde, por ejemplo, las herencias y la tributación de las rentas de capital".
Desde esa perspectiva, Rodrigo Benítez de BDO complementa que "los países Ocde recaudan por impuestos personales más del doble que lo que se recauda en Chile, excluyendo la Seguridad Social, por tanto, entendemos que existe espacio para subir los impuestos personales en Chile".
Fuente: www.pulso.cl