Ciertamente la tecnología cambió el paradigma social en que vivimos. Hace algún tiempo atrás, hablar del pasado, era mirar diez, quince, o quizás veinte años atrás.
En nuestro tiempo, mirar el ayer, ya es una sensación de que muchas cosas pasaron en nuestro día, nuestra vida, y en nuestro entorno.
Hoy, las familias hablan por WhatsApp, los alumnos tienen acceso a más información que la conocida por su profesor, la música y los videos están en la nube, no hace falta comprar un periódico para estar informado, los pacientes interrogan a los médicos y un montón de detalles de nuestra vida cotidiana que se han visto profundamente alterados.
Pasa exactamente lo mismo con los negocios. La transformación digital está obligando a repensar procesos de todo tipo: La estrategia, las operaciones, el marketing, la tecnología, el desarrollo de marca, la atención al cliente, la selección de personal, la comunicación interna, la relación con los proveedores, los procesos de internacionalización, la gestión de crisis, los procesos de innovación, la formación de personal y un largo etcétera hasta abarcar todos y cada uno de los procesos de cualquier organización.
En los últimos años tanto en Chile como a nivel mundial, el gobierno corporativo y sus buenas prácticas han sido un tema recurrente, los directorios de empresas públicas y privadas son cada vez más profesionales e independientes, lamentablemente a veces esta comprensión de que el mundo está cambiando de manera tan radical, que se ha transformado digitalmente, no está siempre presente en los máximos órganos del gobierno corporativo, es decir, los directorios.
La brecha digital en los directorios es profunda, y este fenómeno no se da sólo en las economías emergentes, también se da en economías avanzadas como la americana, a nivel de ejemplo a finales del 2017 tan solo el 19% de los directores independientes de las juntas directivas de S&P 500 tenían experiencia en las industrias de tecnología o telecomunicaciones.
Algunas de las características de un director de nueva generación (es decir digital) son:
Un buen director debe ser capaz de discernir entre lo que tiene valor y lo que es humo ya que en el mundo digital no todo lo que brilla es oro. Delegar el futuro digital de una empresa enteramente a la administración, es un riesgo que hoy en día ningún directorio debe correr.
Existen cuatro tipos de directores digitales:
No es suficiente que las empresas incorporen talento digital en sus directorios, por lo que es vital diseñar un proceso de Onboarding que permita que los directores nóveles, sean capaces de articular formas cuantificables de medir el valor generado por la transformación digital y conectarla a los resultados del negocio, mientras que para los directores más veteranos es clave ayudarles a adoptar una actitud y conciencia digital que les permita desprenderse de sus prejuicios para así desde su vasta experiencia y con una mirada renovada aportar al proceso de transformación de su compañía.
Héctor Roldán
CEO Simple Consulting
Fuente: www.estrategia.cl