Más allá de no cumplir con las metas propias de un cargo, hay una serie de actitudes que pueden jugar en contra de un trabajador, como valorar de forma exagerada sus propias habilidades, no reconocer sus defectos o un...
Fuente: http://diario.elmercurio.com
Más allá de no cumplir con las metas propias de un cargo, hay una serie de actitudes que pueden jugar en contra de un trabajador, como valorar de forma exagerada sus propias habilidades, no reconocer sus defectos o un desempeño ineficiente en cierta tarea, así como sobredimensionar los buenos resultados por sobre los valores de la empresa o la relación con los otros.
Gian Piero Lavezzo, gerente de Gestión de Personas de Essbio, reconoce que en su empresa tiene mejor pronóstico un colaborador con bajos resultados en sus tareas por un periodo, que otro que no se ajusta a la cultura de la empresa o tiene una actitud reñida con la ética. "Hay metas que son bien métricas, pero incluso más importantes son los aspectos blandos, que también se evalúan, y cómo se llega a esa meta", destaca el ejecutivo.