El estudio "La Voz del Mercado" reveló cómo los stakeholders y otros actores relevantes perciben los gobiernos corporativos de las empresas IPSA.
Fuente:http://diario.elmercurio.com/2017/11/23/economia_y_negocios/especial/noticias/
Cuando hablamos de gobierno corporativo nos preguntamos sobre cuáles son los pilares en los que las compañías deben delinear su trabajo para que sean valoradas por el mercado en términos de su gestión de largo plazo. Distintos organismos han recogido esta problemática, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que a fines de los años 90 elaboró los "principios básicos de los gobiernos corporativos", estos principios se basaban en los derechos de los accionistas y funciones clave en el ámbito de la propiedad, trato equitativo de los accionistas, rol de los stakeholders, transparencia de la información, responsabilidades del directorio y, por último, garantizar un marco eficaz para el gobierno corporativo.
Tomando estos principios como también las experiencias internacionales asesorando a directorios, EY estableció una metodología que se basa en un modelo de cinco pilares y que permite entender el gobierno corporativo de forma transversal a cualquier organización, sea esta pública o privada, listada o no, que permite reflejar los aspectos que consideran los inversionistas en su toma de decisiones. Estos cinco pilares son estrategia de negocio, ambiente de control, acceso a la información, trato igualitario y gestión de la sostenibilidad.
Detrás de cada uno de estos pilares encontraremos un driver o valor orientado a satisfacer las necesidades de los distintos stakeholders, como rentabilidad, respaldo patrimonial, transparencia, participación y sostenibilidad. Cada pilar está basado en un principio básico que guía el quehacer de la gestión empresarial: eficiencia, honestidad, veracidad, justicia y respeto.
Este año GFK -por encargo de EY Chile y la Bolsa de Santiago- realizó (entre agosto y septiembre) el estudio La Voz del Mercado (LVdM), el que consideró la opinión de más de 380 personas, entre ellos directores, gerentes de primera línea, analistas del mercado capitales, clasificadoras de riesgo, gremios, académicos y otros actores influyentes de Chile y el extranjero, para entregar su percepción respecto a la calidad y el funcionamiento de los gobiernos corporativos de las empresas IPSA entorno a los cinco pilares clave.
A continuación se describe cada uno de los pilares que respaldan este modelo y cómo los evalúa el mercado.
Estrategia de negocio:
Se enfoca en resguardar la rentabilidad del negocio a través de la eficiencia en la gestión. Para ello el directorio y la alta gerencia formulan y monitorean el plan y los objetivos estratégicos de la compañía a corto, mediano y largo plazo.
Siendo el plan estratégico la herramienta clave de este pilar, la calidad de su elaboración es fundamental para garantizar el éxito. El plan se fundamenta en la estrategia de la empresa. Se construye sobre la base de valor diferencial de la compañía respecto de su competencia y articula una serie de acciones que permiten aprovechar y sostener este diferencial en el tiempo.
Es importante mencionar que si bien el plan guía la acción no es una herramienta rígida, brinda lineamientos generales y las metas de largo plazo que se van ajustando en función del trabajo en conjunto y coordinado con la gerencia.
El estudio indica que las empresas IPSA en promedio son clasificadas un 30% de las veces como deficientes o regulares en cuanto a la gestión de su estrategia de negocios. Parte de los comentarios apuntan a una mirada cortoplacista del negocio. Este punto es relevante, ya que la gestión de la estrategia no sólo apunta a temas financieros, sino a cómo se relaciona la empresa con su ambiente, sociedad y gobierno corporativo (ASG).
Ambiente de control:
Se enfoca en uno de los factores clave de la gestión del riesgo empresarial, que forma parte importante de las tareas de los directorios. Por ello, resulta relevante garantizar la efectividad e independencia de los procesos internos de supervisión y control, así como la capacidad de gestión del negocio.
En general, las decisiones de inversión consideran la calidad del ambiente de control de las empresas en su análisis. Una empresa que cuenta con mecanismos de control resguarda de mejor manera su patrimonio que una que no cuenta con ellos, lo que entrega una mayor tranquilidad a los inversionistas.
Tanto en Chile como a nivel internacional, las respuestas de los encuestados revelaron que el mercado se ha ido sofisticando y demanda cada vez más información de las empresas. En sus comentarios, mencionan que las empresas deben contar con mecanismos internos de supervisión que reporten directamente al directorio, como es el caso de las auditorías internas, externas y las funciones de riesgo. Además, una de cada tres compañías evaluadas no lo estaría realizando de manera óptima, lo que habla de la necesidad de reforzar los comités del directorio en aspectos de auditoría y riesgo. Asimismo, de los comentarios se puede deducir que el mercado asocia pérdidas reputacionales y de valor de las compañías con una falta de gestión de riesgos relacionados con aspectos ASG.
Acceso a la información:
Promueve la transparencia a través de la veracidad en la comunicación de la compañía. Por ello, se busca la oportunidad, integridad y relevancia de la información asociada a la empresa (tanto financiera como no financiera). El acceso a la información relevante de la compañía es clave para la toma de decisiones e influye en el comportamiento y la confianza de los accionistas, inversionistas y otros stakeholders.
La credibilidad que el mercado le otorga a la empresa se encuentra ligada a la confianza que los stakeholders tienen de las compañías, y el estudio demostró que en este punto las empresas están "al debe". Menos del 5% de los encuestados califica como "excelente" la calidad y la transparencia de la información que las empresas revelan al mercado a clientes, proveedores o inversionistas.
Trato igualitario:
Promueve el trato igualitario hacia los accionistas especialmente hacia los minoritarios. Esto se traduce en que cada accionista, sin importar el número de acciones que posea, tenga igualdad de derechos.
El 33,7% de los encuestados considera que este pilar es deficiente o regular en las compañías, lo que revela que, complementario al trabajo que deben realizar las mismas compañías, existe una necesidad de que las entidades reguladoras sean las llamadas a garantizar la equidad en el trato, no sólo a través de reglamentos o normativas existentes de "cumplimiento", sino que garantizando sanciones efectivas y ejemplares de funcionamiento.
Gestión de sostenibilidad:
Promueve la sostenibilidad del negocio en el tiempo a través del respeto a los inversionistas, trabajadores, proveedores, Estado, ambiente y sociedad, es decir, a todo el entorno de la empresa. En este sentido, supone el cabal cumplimiento de las leyes del mercado donde participa, la existencia de una cultura y valores compartidos en la compañía, la preservación del ambiente y una adecuada gestión de sus distintos grupos de interés.
En este punto de la encuesta, un 12,1% de las empresas IPSA es evaluada de manera "deficiente", un 21,6% de manera "regular", y solo un 3,8% lo hace de manera "excelente", por lo que garantizar una gestión adecuada de la estrategia de sostenibilidad representa para las compañías la diferencia entre el éxito de corto plazo y la prosperidad futura. Asegurar ese comportamiento es tarea de la alta gerencia, pero sobre la base de lineamientos y supervisión del directorio.
Tras estos resultados por pilar, se evidencia la necesidad de contar con directores formados que puedan responder a las demandas del mercado. Tanto su profesionalización como la incorporación de independientes hacen que puedan contar con una opinión objetiva frente a la gerencia, velar por una mejor toma de decisiones y gestión. Esto, junto a la ventaja competitiva que entrega la diversidad -factor que aparece con mayor relevancia en las menciones de actores internacionales-, asegura que la estrategia de las empresas pueda evolucionar y cumplir con las expectativas de los stakeholders.