El punto es cómo recaudar lo que se requiere sin exceder la tasa de impuesto corporativo de nuestros socios comerciales. La nueva empresa de la cuarta revolución industrial se instalará en aquellos países que entiendan las claves del futuro y Chile en esta materia está reprobando.
Fuente: http://www.pulso.cl/ Por Patricio ArrauA estas alturas ya es consensual que la Reforma Tributaria del año 2014 requiere una reparación. Para ello es conveniente recordar algunos aspectos del debate de entonces. Se suponía que el FUT era un demonio. Post verdad gigantesca. Un sistema de registros no puede ser Satanás. El problema era qué se registraba y qué se permitía hacer con estos registros.
Muchos levantamos la voz en 2014 para advertir que lo que había que hacer era eliminar los espacios de evasión y elusión agresiva que existían en ese sistema: los retiros en exceso, las reestructuraciones empresariales entre partes relacionadas (adquisiciones y fusiones) con el solo fin de eludir, incluidas compras de empresas con pérdidas para ese propósito, los abusos en el uso impropio de los fondos de inversión privados, promover una ley anti elusión efectiva y que mantuviera la certeza jurídica, corregir el sistema de carry back (PPUA), etcétera. Esas malas prácticas mantenían un bajo nivel de recaudación en el global complementario (GC), especialmente en sectores de altos ingresos que podían aprovechar estas perforaciones.
La mejor reforma tributaria era entonces cerrar esas perforaciones para que los contribuyentes de más altos ingresos pagaran más, manteniendo los incentivos a la inversión. Se cerraron las perforaciones, pero se cometió un error garrafal.
El error fue el “retiro” o saneamiento del FUT con la tasa sustitutiva del 32% o con tasa variable (promedio de las tasas del GC de los socios), con prelación de otros retiros. Se sanearon US$32.000 millones, la mayoría en tasa variable, precisamente porque era la tasa “perforada” del sistema anterior. Se recaudaron US$2.200 millones por el saneamiento de esos recursos. Si suponemos que esos recursos hubieran pagado 35% en los años futuros, entonces la recaudación hubiese sido de US$5.600 millones (las cifras son gentileza de Juan Andrés Fontaine). Un subsidio de US$3.400 millones a sectores de altos ingresos, precisamente extendiendo al futuro la tasa “perforada” del pasado. Esta fue una torpeza ejecutada por quienes se supone venían a gravar con impuestos al 1% más rico del país. Se puede argumentar que una tasa de 32% para adelantar esos impuestos era razonable. Bueno, en ese caso el subsidio se acerca a los US$2.500 millones. Ejecutada la torpeza no hay mucho que hacer en un Estado de derecho. Quizá se podría dar incentivos extras para que esos recursos saneados se retiren para inversión, en lugar que para consumo. Hasta ahí llega mi imaginación para reparar.
Ahora mis tres recomendaciones. En primer lugar, se requiere integrar al 100% nuestro sistema tributario. Quienes proponen desintegrar (las dos candidaturas que siguen en intención de voto a la principal, que propone integrar), ignoran que el sistema desintegrado requiere una batería de incentivos a la inversión y una tasa de cero de impuesto a los dividendos, imposible de obtener en nuestro debate público. El sistema integrado es eficiente, simple y recauda más que los sistemas desintegrados y se conecta con nuestra historia e idiosincrasia recientes. Se debe integrar al 100% en forma inmediata, no gradual, pues ello sería prolongar la inequidad horizontal que representa el sistema semi-integrado. El efecto en recaudación es probablemente muy cercano a cero por el subsidio entregado en el saneamiento del FUT.
En segundo lugar, cuando se eliminó en las adquisiciones y fusiones impropias el goodwill tributario se cometió otra torpeza. Se tiró el sofá de don Otto por la ventana. Muy bien eliminarlo para adquisiciones y fusiones entre partes relacionadas, pero no para partes no relacionadas. La mayoría de los países de la OCDE tiene este beneficio pues es la única manera de mantener la creación de riqueza por crecimiento inorgánico de las empresas. Eso sí, una advertencia. Si se repone el goodwill tributario debe hacerse solamente para los casos en que el accionista vendedor no esté sujeto a exención de impuesto a las ganancias de capital, ya sea por fondos de inversión privado o por alta presencia bursátil.
En tercer lugar el tema más complejo. Muchos colegas creen que es posible recaudar altos impuestos con 27% a la primera categoría cuando en China es 20%, en Inglaterra es 19% y eventualmente en Estados Unidos puede ser 25%. Perú, India, Japón y muchos países vienen de vuelta. Mientras todos vienen bajando el cerro nosotros vamos de subida. Gravísimo error de alto impacto para el futuro. Esto se debe pensar al revés. Cómo recaudamos lo que se requiere sin exceder la tasa de impuesto corporativo de nuestros socios comerciales. El capital del futuro no perdona. La nueva empresa de la cuarta revolución industrial se instalará en los países que entiendan las claves del futuro y Chile está reprobando. Nuestras autoridades se encuentran en estado de somnolencia. Juntemos nuestros votos para que despierten.
El autor es economista (@patricioarrau).