Hay 2,4 millones de ocupados menores de 34 años en Chile, según las cifras del INE al trimestre móvil marzo-mayo.Sin embargo, el 30% de quienes cuentan con educación superior completa trabajan en un puesto para el que está sobrecalificado. Fernanda Maturana, Rocío Fonseca y Andrea Butelmann se refieren a cómo potenciar la mano de obra más joven del país.
Fuente: diario.elmercurio.com
FERNANDA MATURANA
¿En qué medida los jóvenes pueden ser un impulso para la economía? ¿Por qué es clave no dejar de lado esta mano de obra?
"Ellos son fundamentales para mantener la economía activa, entender los cambios económicos y sociales que se viven y cuáles de estos debemos incorporar en nuestras organizaciones. Un ejemplo de esta nueva mirada de negocio son las Empresas B; hoy, la mayoría de los jóvenes tienen un énfasis social, medioambiental y económico distinto a la 'antigua escuela', lo que está generando una revolución en el mercado, ya que es un cambio de foco fundamental en cómo hacer las cosas".
"Hay varias organizaciones trabajando en preparar jóvenes con formación superior técnica. La fundación Forge forma a los alumnos recién egresados para neutralizar brechas sociales y ubicarlos en empleos de calidad. Creo que el subsidio al empleo joven también es un aporte, aunque más paliativo que profundo. En ese sentido, los programas de capacitación son un apoyo más real y permanente".
ROCÍO FONSECA
¿Qué pueden hacer las empresas para atraer talento joven y mantenerlo, para así evitar la rápida rotación, propia de los millennials ?
"Los jóvenes buscan trabajar con un propósito más allá de la retribución monetaria, valoran los equipos multidisciplinarios, donde se cuenta con diferentes perspectivas y puntos de vista. También tienen iniciativa, por lo tanto, necesitan un jefe que no dé susto, sino que sea respetado por sus capacidades y abierto a escuchar y promover cambios, lo que va muy asociado a tener una estructura horizontal y política de puertas abiertas".
"Los millennials buscan sentido de pertenencia y trabajan bajo modelos colaborativos, por lo que son muy preocupados del buen clima laboral, donde los logros son del equipo (y no de un individuo) y donde se reconocen los éxitos y se aprende de los fracasos. Algunas empresas tradicionales pueden pensar (y nos dicen) que es imposible, pero siempre se puede, no hay excusa".
ANDREA BUTELMANN
¿Qué políticas públicas se requieren para impulsar el empleo formal, considerando que en un año, más de 33 mil jóvenes han pasado a ocupaciones por cuenta propia?
"Antes de menospreciar los trabajos por cuenta propia hay que analizar si contribuyen a la adquisición de competencias laborales. Si lo hacen, el Estado debe promover un sistema de certificación de competencias que le sirva al joven para demostrar sus conocimientos frente a un potencial empleador, o un certificado de aprendizaje que le sea reconocido y convalidado en el sistema educacional si quisiera volver a este. De esa manera, podría obtener algún oficio o profesión en menos años de estudio".
"Esta misma política es necesaria para impulsar el trabajo formal. Es clave que los recursos que hoy gasta el Estado en programas de capacitación, como el Sence, se utilicen en impartir habilidades que los empresarios realmente requieren y que estas se traduzcan en certificados que garanticen que las competencias fueron adquiridas".